Papi... No me pegues!
Papa:
No me pegues. Tus golpes no solo hieren mi cuerpo, ¡golpean mi corazón!
Me hacen duro y rebelde, terco torpe y agresivo.
Tus golpes me hacen sentir miserable, pequeño e indigno de ti… mi héroe,
me llenan amargura, bloquean mi capacidad de amar, crecen mis temores y nace en mí
el odio.
Papi tus golpes me alejan de ti, me enseñan a mentir, cortan mi iniciativa,
mi creatividad y mi alegría.
No me des más golpes.
Soy débil e indefenso ante tu fuerza, tus golpes enlutan mi camino
y sobre todo, endurecen mi alma.
La fuerza de tu razón es superior a la fuerza de tus golpes,
si crees que no te entiendo aun, te prometo que ¡Pronto lo haré!
Más poderosos que tus golpes, más efectivos y grandiosos son:
tu afecto, tus caricias, tus palabras y tus besos.
Papito, tu grandeza no esta en el poder de tu fuerza física.
Eres mucho más cuando no necesitas de ella para guiarme.
Solo abrázame y permítete seguir siendo mi héroe...
para toda la vida.
Etiquetas:
Consejos para Padres,
Maltrato Infantil,
Reflexiones
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Tienes un blog precioso al que llego desde Maestros en línea. Me hago tu seguidora desde mi blog Blogmaníacos; aunque mis alumnos son de 11 años, veo cosas interesantes aquí.
ResponderEliminarUn beso.